Como seres complejos, somos reflejo de creencias,
pensamientos, emociones y conductas. Debemos
saber que nuestra mente juega un papel importante en el cuidado de la salud. Existen
dos
tipos de hombres: los de pensamiento irracional, quienes no ejercen su
influencia, ni ven evidencias objetivas y obtienen conclusiones erróneas; y los
de pensamiento racional, aquellos que confían en los resultados de las buenas
elecciones.
Para
el psicólogo Julian B. Rotter tenemos un rasgo de personalidad basado en un
locus (lugar) puede ser de control externo o interno. El primero considera el
esfuerzo, habilidad y responsabilidad personal; por el contrario, el segundo cree
que todo lo que nos sucede es casualidad o causa de los demás. Es así, como el
cardiólogo Vicente Bertomeu expuso que la salud cardiovascular reside en el
propio individuo.
Kenneth
A. Wallston, profesor de psicología diseñó escalas para evaluar creencias relativas
a la salud. Enfatiza que estos pensamientos están marcados en algunos instintos
y reconoce que es importante tener un buen médico y que la genética a veces
influye, pero señala que no siempre es así, y que somos los únicos actores
directos de nuestro bienestar en general.
El
pensamiento mágico y anómalo, es todo lo que quebrante las leyes de la
naturaleza y carezca de razonamiento sensato que lo avale. Ejemplo de ello es,
el sungazing, que sostiene que contemplando al sol nos podemos alimentar; técnica
supuestamente sanitaria que lo único que produciría son riesgos oculares,
ceguera, cáncer y muerte por deshidratación o inanición.
Los
anuncios radiofónicos, televisivos, periodísticos, correos electrónicos o las
páginas web, nos inundan de falsas promesas para bajar de peso, hacer crecer el
cabello, revitalizarnos, etc., como los cantos de sirenas en la historia de
Ulises, tan bellos e irresistibles.
El mundo occidental
desarrollado busca maneras de redención y purificación que liberen de los extremos
abusos de drogas, comida, bebida, que después conmemoren
el retorno a normas de conductas más saludables. Es como la magia, se puede
disfrutar nada más, no esperar pasmosas proezas sobre la salud con un método
natural, alternativo, garantizado y sin esfuerzo.
Los
dogmas irracionales que algunos sujetos mantienen sobre la alimentación, fueron
reunidas por Osberg y sus colaboradores en un test, y analizadas objetivamente
para alcanzar su formulación racional. Para trabajar en el sentido crítico,
cuestionar la veracidad y utilidad de cada creencia que mantenemos permite
demostrar si nos ayuda a sentirnos satisfechos con nosotros mismos y conseguir
objetivos de salud.
La vulnerabilidad
a las manipulaciones de campañas, chamanes, tarotistas, curanderos, videntes,
adivinos, producen efecto cascada, son una pérdida de tiempo y dinero, aumentan
posibilidades de que se produzcan errores diagnósticos y tratamientos prolijos.
Inadecuado es abusar innecesariamente de servicios sanitarios como confiar tu
salud a entes no calificados.
El malestar
psicológico, de acuerdo a estudios científicos, incluye negatividad, ansiedad,
angustia, fobia, sobrepreocupación, que conducen a largo plazo a padecer un
cuadro de depresión.
La
adquisición de malos hábitos, ocasionadas por conceptos equivocados propiciados
por conductas destructivas para la sociedad y el individuo.
Algunas
afirmaciones sobre la dieta saludable fueron extraídas de un estudio publicado
en febrero del 2010 en la revista Journal
of Human Nutrition and Dietetics, y realizado por 1043 voluntarios.
Demostrando que existe relación entre las creencias irracionales sobre
alimentación y el conflicto por alcanzar una dieta sana, conservar un peso
saludable y sufrir anorexia o bulimia.
Cada pensamiento,
emoción y conducta, construye positivamente cada día el camino hacia una vida
sana, como una lluvia de verano, que se puede contemplar y disfrutar con los
seres queridos.
Valoración crítica
Me parece un tema muy interesante, por
el enfoque, los estudios realizados por los autores citados y la descripción de
cada una de las variables vulnerabilidad, malestar psicológico y adopción de
malos hábitos que sin duda influyen en la alimentación equilibrada de una
persona; las afirmaciones de los apartados sobre el pensamiento racional e
irracional los comparé con lo que vivo a diario con mi familia, amigos y
vecinos, y realmente por el hecho de ser seres imperfectos, somos presa fácil
de la publicidad falsa. A veces nos dejamos convencer fácilmente de las
creencias transmitidas por generaciones, sin hacer un juicio racional.
También concuerdo en que “somos lo que
comemos”; y en que todo cuanto pensamos, sentimos y hacemos origina consecuencias
diarias en nuestra vida y nuestra salud.
Además, es un artículo de debate bueno, porque nos permite conocer que necesitamos
un balance para alcanzar bienestar físico y emocional, del cual somos los
responsables directos y estamos en la capacidad absoluta de dirigir nuestra
salud con locus interno. Es tan fácil como, “si quieres resultados diferentes
no hagas siempre las mismas cosas”.